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Las repercusiones del largo periodo estival sobre nuestro ecosistema, se van haciendo cada vez más visibles. Los fresnos fueron los primeros en mostrarnos los primeros síntomas de estres hídrico. El fresno es un árbol de gran sistema radicular al que le gusta la humedad, y aunque ligado a zonas de arroyos y ríos puede asentarse en prados y llanos cercanos. Como quiera que devuelve al medio ambiente la humedad captada del suelo; si el verano es muy escaso en precipitaciones, como es el caso, comienza a amarillear. Ya a primeros de agosto se inciaron los primeros síntomas, en las zonas de suelo menos profundo y menos humedad. Asi mismo, tambien comienzan los robles a mostrar un aspecto marrón típico de su marcescencia. Igualmente comienzan por cambiar el color en zonas de suelos poco profundos.
El acumulado de precipitación en lo que llevamos de año natural, y teniendo en cuenta estaciones cercanas (el año próximo ya podremos comparar con nuestros propios datos) viene a ser practicamente igual al año pasado. Sin embargo la forma de distribución de la misma ha sido distinta. Mientras en 2013 fue marzo el mes más fuerte, este año lo hizo en febrero. Esto significa que estamos un mes más alejados de la precipitación que llena las capas ciáticas.
Por eso mismo las plantas de suelos más profundos aguantan más, pero las de raíces someras y suelos poco profundos este año se encuentran más castigas que el año anterior por ese mes de diferencia, y, a pesar de caer la misma cantidad de precipitación. Por eso mismo este año tenemos fuertes contrastes entre los higos de unas higueras a otras, según ubicación. Vean este ejemplo de higueras, una con suelo profundo y otra en zona de poco suelo:
Detalle del agotamiento de fresnos y robles tras el largo estío en contraste con una higuera con suelos profundos. No debemos confundir este fenómeno con el frío del otoño. Con toda seguridad vendrán visitantes que al ver este aspecto lo achaquen al frío. Y no es así:
En la subida hacia El Castañar encontramos algunos ejemplares de roble perdiendo el color verde de sus hojas, según el suelo donde se asientan. Tambien es llamativo el proceso colonizador de los ailantos. El ailanto es un árbol procedente de Australia con una facilidad increible de multiplicarse. No descuidemos este detalle porque si no se controla su propagación puede llegar a comerse la vegetación autóctona de la zona.
Por útlimo, tomamos estas fotos como referencia para hacer un seguimiento de la otoñada que estar por llegar. Iremos actualizándolas para comprobar como otoñan los alisos del pantano y los fresnos de los Toros de Guisando.
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